14 de diciembre de 2015

Lucha de Clases y la Geopolítica Imperialista de los EEUU: El caso Colombiano

Compartimos una parte de un interesante texto, para verlo completo dar click en el enlace al final


III.El caso Colombiano:
Procelaria de esta tormenta, ¿cuál la palabra de consuelo?
Augur de la catástrofe, ¿cuál el conjuro a tanto mal?
Profeta de la invasión, ¿cuál el remedio de escapar a ella?
¿qué dique levantaremos ante la ola de los bárbaros?
Así exclamarán las almas asombradas.

El momento que vivimos actualmente de la Lucha de Clases en Colombia se enmarca en las transformaciones de la década de los 90’s que implicaron un repliegue de la movilización social que tuvo que pasar a la defensiva en términos reivindicativos. En efecto, en esta época se consolida el neoliberalismo como modelo que limita las ya reducidas concesiones del Estado y posibilita la internacionalización del capital. El país vuelca su primacía a las actividades extractivas relacionadas con el petroleo, carbón y oro principalmente, todo a su vez, que se arraiga el control de empresas extranjeras (en un gran porcentaje norteamericanas) sobre dichos sectores de la economía nacional modelándolos a su antojo con la complicidad de la burguesía nacional (en su expresión tradicional o mafiosa) quien es dependiente y subsidiaria al mismo tiempo de dicha dinámica.

Con este periodo se inicia una agresiva oleada de privatizaciones bajo el sofisma de la calidad y la eficiencia en la que las empresas de servicios públicos serán las más afectadas. Se observa una transición de la economía nacional que va del sector de la industria a los servicios, y de estos al mineroenergético con la reaparición de las economías de enclave acompañadas de un proceso de contrareforma agraria que se expresa a nivel político con la perdida de interés en la producción agrícola con fines nacionales privilegiando la importanción y de esta manera socavando la soberanía alimentaria, entre tanto a nivel militar se expresa, con la agudización de la violencia en el marco del conflicto armado imponiéndose en el campo a sangre y fuego abriendo brecha para los jugosos mercados de los monocultivos (palma, caña, yuca, etc) y el tradicional sector de la ganadería. Por su parte, en las ciudades prevalecerá la precarización laboral con la desregularización del trabajo bajo figuras como la tercerización que en últimas lo que se busca es obtener mayor plus valor para quienes le usufructúan, junto con el predominio del capital financiero.

En este marco se inscribe el Imperialismo norteamericano en Colombia aunque su presencia es de vieja data y puede rastrearse desde el siglo XIX con la firma de tratados por parte de presidentes abyectos que daban rienda suelta a la intromisión de los EE.UU sin mayor restricción, pasando por la vergonzosa perdida del canal de Panamá a comienzos de siglo XX o la implementación del plan Lasso (Latin American Security Operation) en la década de los 60’s, entre otros acontecimientos de los cuales no nos ocuparemos en este texto para centrarnos en el presente a partir del análisis del poderío militar y el control de los bienes naturales por parte de los EEUU. Basta mirar que este país tiene:

(…)regadas bases militares por los cinco continentes. Con exactitud no se conoce la cantidad de bases que posee aunque, según un inventario oficial elaborado por el Pentágono, en el 2008 los EEUU tenían 865 bases en 46 países, en los que desplegaban 200 mil soldados. Sin embargo, algunos de los que han estudiado con detalle el asunto sostienen que el número total de bases es de unas 1.250, distribuidas en más 100 países del mundo.

Para el caso Colombiano el papel de los EEUU es igualmente significativo ya que recibe de este el mayor apoyo militar a nivel de América Latina y el tercero a nivel global (la lista la lidera Israel y Egipto) materializándose en el ejercicio del control efectivo de nuestro país gracias a las siete bases militares que tiene a su disposición junto con las fuerzas de tarea conjunta (Omega, Pegaso,Apolo, Poseidon, Kyron, Vulcano) que funcionan a conformidad de sus intereses, que no son otros que bajo la careta de la lucha contra las drogas, asegurar el acceso a los bienes naturales del país y del continente, a su vez, que se neutraliza cualquier amenaza para ello como lo pueden ser los grupos insurgentes. En consecuencia, no es de extrañar que:

(…) entre 1998 y 2008, unos 72.000 militares y policías de Colombia fueron adiestrados por personal de los EEUU, lo que hace que Colombia sea el segundo país del mundo, después de Corea del Sur, en recibir este tipo de entrenamiento; en la actualidad operan en territorio colombiano 1.400 militares y contratistas (un eufemismo de mercenarios) de los EEUU, cuando a comienzos del Plan Colombia se había dicho que solamente serían 400; la Embajada de los EEUU ha crecido de tal manera en cantidad de personal administrativo, militar y de espionaje que es la quinta más grande del mundo; el Plan Colombia había costado hasta 2008 66.126 millones de dólares.

En efecto, el interés de los EE.UU radica como se mencionó anteriormente en el control de los bienes naturales del continente expresados en las fuentes energéticas tan necesarias para casi cualquier actividad en el marco de los niveles de consumo en el capitalismo, pero además, las reservas hídricas y ambientales puesto que en ellas reside la capacidad de conservación del futuro, y por ende, también de control y poder. La importancia de Colombia en la geopolítica Imperialista se puede constatar con algunos ejemplos: por una parte su localización geográfica posibilita el acceso a diversos puntos de interés como lo es el caso de Venezuela ya que es el país con las mayores reservas de petroleo del mundo, además, también es relevante el papel de Colombia por su presencia en el llamado “corredor biológico de suramericano” el cual es una de las mayores fuentes de biodiversidad a escala planetaria que entre otras cosas porque es un excelente banco de diversidad de semillas y saberes culturales originarios de los cuales grandes emporios farmacéuticos se sirven hoy en día, por otra parte, el país es también un territorio que a la fuerza ha sido acoplado para destinar grandes extensiones a los cultivos tipo exportación como lo es el caso de la palma aceitera, entre otros, en los que convergen capitales nacionales y extranjeros en su explotación, y ni que decir, de la apropiación de fuentes hídricas ubicadas en paramos y demás de las cuales compañías como Coca-Cola se aprovechan sin mayor restricción para sus fines comerciales. A razón de esto:

Al compararse las estrategias en marcha para la extracción de recursos en áreas de alta biodiversidad, se observa que las sociedades que habitan esos territorios se ven aplastados por la mercatilización, lo que supone una modificación de su cultura que es sustituida por folklor y ecoturismo. Se les impone de nuevo el endeude, como en la época de las caucheras, por parte de los 'nuevos empresarios', entre los que sobresalen inversionistas locales, que actúan como socios y testaferros del capital transnacional, lo cual viene acompañado por la militarización y la penetración de los intereses imperialistas, con sus propias bases y armas.

Información tomada de "La Haine"

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